miércoles, 20 de mayo de 2009

Aún

Todavía es temprano para los cientos de automovilistas que cooperan sin saberlo acaso en Libertador, en Alvear, en Cerrito para mantener el aire libre de bocinas. Es de día porque ya dejó de ser de noche pero un día clase B, sin sol, sin siquiera un celeste que prometa postal. El cielo es una pasta sucia y gris. Todavía no son las 8 y ya ruge Paluch pero así y todo el monstruo duerme y aprovechemos que ahí arriba hay papel maché húmedo, luces rojas, hojas verdes sacudidas como el flequillo de esa chica de campera que tiembla en el boulevar, manos en los bolsillos, balcones con ventanales y un tender que se muere de ganas de participar en el desafío de la blancura. Todavía en las cocinas dura el olor a café y a tostadas pero Gianola a esta hora es peor que Paluch, si es que algo puede ser peor para mis lagañas que Paluch a esta hora, con sus reflexiones de best seller, su tono de intelectual congestionado, su crispación velada de te lo dije pero nunca me escuchás, de tipo comprometido pero vaya a saber con quién, su frente alta, bien alta en el éter y su aire seudo superado de gurú wannabe.

2 comentarios:

Protervo dijo...

pobre, lo hiciste goma. bess.

la niña z dijo...

Es que la mañana me pone así, intolerante. Bienvenido, maestro.