jueves, 6 de mayo de 2010

¿Sabés qué?

Esta vez no me voy a enojar, no voy a levantar la voz

ni voy a poner el más mínimo esfuerzo en explicarte nada.

Simplemente me voy a sentar acá a esperar a que te esfumes,

a que te disuelvas, a que te lleve el mar.


Voy a dejar que el tiempo te borronee de a poquito

hasta que tu recuerdo se vuelva irreconocible

y ni siquiera tenga que fingir que te extraño.


Hasta que te hagas un bollo de papel arrugado y sucio

para tirar en un tacho cualquiera.


Capaz la emboco.