jueves, 16 de abril de 2009

Decálogo de la ecología emocional

Reciclar (del sajón recycle, seguir dando vueltas)
1. tr. Forma de convertir en algo útil la eterna voluntad femenina de querer arreglar aquello que no tiene arreglo.
2. tr. Eufemismo que reúne todos los intentos por enderezar lo que está torcido, torcer un poco lo que está demasiado derecho, mover a la izquierda lo que está a la derecha y ponerle lunares a lo que tiene rayas.


1. Agarrar un mueble viejo, uno que ya nació berreta y que nadie hubiera elegido de haber tenido la oportunidad, y hacer de eso una causa.
2. Lijarlo como si se nos fuera la vida.
3. Cubrir los huecos con masilla -también conocida como resignación-, esa pasta amorfa que sirve para disimular vacíos.
4. Pintar hasta que el color original desaparezca. Una y otra y otra mano. En el medio, preguntarnos qué carajo estamos haciendo y quién nos mandó a meternos en esto, cuando era mucho más fácil comprar una biblioteca, pero no.
5. Invertir cada gota de esfuerzo en hacer que la mesa de televisor desvencijada de la abuela luzca como la biblioteca que necesitamos y además combine con el resto de los muebles del living. Fracasar.
6. Sufrir. Acto seguido, pensar que si en lugar de una biblioteca flamante, quisiéramos una mesa para televisor más o menos desvencijada, el mundo volvería a tener sentido.
7. Dejar de leer y empezar a mirar la tele. Adaptarnos. Poco a poco, ir poniendo voluntad para creernos los personajes de Mariano Martínez. Incluso el del ciego, sí.
8. Un mediodía, mientras escuchamos la cortina de Almorzando con Mirtha Legrand, darnos cuenta de que en realidad queremos leer frente a la ventana.
9. Sentirnos culpables.
10. Más tarde o más temprano, entender que no todo tiene arreglo. Que hay cosas que están bien donde están y que todo sería mucho más fácil si aprendiéramos a dejarlas ir.

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